Cuando hablamos de vida útil realmente nos referimos a la degradación a la que se somete un panel cada año y esto es algo normal, pues cualquier elemento de uso exterior está sujeto a ello.
Su esperanza de vida es, como norma general, de 25 años. De hecho, un panel solar puede funcionar durante treinta años o más, pero su potencia disminuirá después de veinte años debido a la degradación de sus células fotovoltaicas. Con los cuidados adecuados, se podría esperar una vida media de hasta 35 años.
Para entender un poco observemos unos detalles iniciales.
- El peso sobre los paneles: Este aspecto es súper importante. Por ejemplo la nieve, el viento. Debemos de tener muy en cuenta la inclinación de la estructura, dependiendo de la zona geográfica.
- La exposición a la intemperie hace que la humedad, la condensación por las bajas temperaturas del invierno e inclusive la niebla, con el paso del tiempo deteriore los paneles.
- La exposición a la radiación: Aunque estén diseñados para esto, la radiación hace mella en todo a lo que esté expuesto, es por esto que debemos tener muy en cuenta en la instalación de los paneles la buena protección del cableado ya que el sol con el paso del tiempo si no se ha hecho bien el trabajo inicial deteriore la instalación.
De tal manera a día de hoy la gran parte de los fabricantes garantizan una degradación anual que va entre 0.7% y 0.5%.